La zona del silencio Por: Gisselle Stefania Granados Martinez
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por: Gisselle Stefania Granados Martinez
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Entre los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango en los paralelos 26º y 28, existe un área donde misteriosamente las señales de radio se desvanecen y las brújulas dejan de apuntar al norte. Su nombre proviene del mito urbano de que las ondas de radio no pueden ser transmitidas de manera normal.Fue reportada por vez primera en la década de 1930 por Francisco Sarabia, piloto mexicano, quien afirmó que su radio había fallado misteriosamente mientras sobrevolaba el área. Actualmente, hay muchas historias paranormales en torno a esta zona: desde ovnis hasta zonas restringidas por el gobierno.
La Zona del Silencio suele ser visitada por científicos para estudiar su actividad electromagnética ¡Este lugar estuvo sumergido bajo las aguas del Río Thetis, gracias a esto el área proliferan bancos fósiles!
Dentro de sus hectáreas se encuentra la Reserva de la Biosfera de Mapimí, una zona protegida por la UNESCO creada en 1978. Mamipí es un Pueblo Mágico minero donde también se cuentan muchas historias por sus fenómenos naturales. Si visitan el lugar, observarán increíbles vistas desde el Puente de Ojuela.
__⇻HISTORIA__
En julio de 1970, un misil de pruebas Athena lanzado desde una base militar cerca de Green River (Utah), en dirección al polígono de WSMR, perdió el control y cayó cerca de esta ubicación. El cohete transportaba dos pequeños contenedores de cobalto 57, un elemento radiactivo. Inmediatamente, un equipo de especialistas llegó para buscar el misil. La búsqueda, por tierra y aire duró tres semanas. Cuando finalmente se localizó el cohete, se construyó una carretera para transportar los restos y una pequeña cantidad de tierra contaminada.
Como resultado de las operaciones de rescate estadounidense, surgieron varios mitos e historias sobre el área, incluyendo “extrañas anomalías magnéticas que impiden la transmisión por radio”, mutaciones de la flora y fauna o visitas extraterrestres.
__⇻FLORA Y FAUNA__
Conocemos de antemano los climas extremos del desierto, por ejemplo durante el verano, es común que la temperatura llegue a 45°C, y por las noches baje considerablemente.
A pesar de la notoria aridez de la región, la variedad de flora es sorprendente. Sobre la planicie predomina la gobernadora, la sabaneta, una de las plantas forrajeras más abundantes de la zona y los ocotillos con sus largas ramas espinosas.
Sobre las laderas de los cerros es mayor la diversidad biológica, aparecen magueyales y cactáceas, algunas de ellas endémicas de la región, las altas yucas que durante la primavera lucen sus floridos penachos.
Se encuentra también la sangregada y la candelilla, curiosa planta que, para evitar la pérdida de agua, ha desarrollado una cubierta protectora de cera.
Las nopaleras son abundantes, principalmente de especies rastreras y cegadoras; pero también son frecuentes los nopales violáceos con sus características espinas largas que le nacen en los bordes. Estos nopales deben su color a las capas que los protegen de los rayos solares y han sido desgastadas por el viento.
El nopal morado:Como si de una planta extraterrestre se tratara, hay una especie de nopal en este lugar que adquiere un llamativo color morado durante la época de sequía. La curiosa cactácea se ha convertido en uno de los atractivos más conocidos de la Zona del Silencio.
Al borde de las lagunas y arroyos intermitentes, crecen algunos mezquites de profundas raíces.
Al igual que la flora, la fauna es también muy abundante, al recorrer el desierto es frecuente ver a las liebres, conejos y correcaminos serpenteando a los vehículos que visitan la zona.
Por las noches se observan escorpiones, ratones y ratas canguro.Cerca de los depósitos de agua encontrarás zorras, coyotes, tortuga del desierto.
La tortuga de Mapimí: Probablemente no lo sepas, ya que no es un dato muy difundido, pero esta especie oriunda de la Zona del Silencio es la más grande de América del Norte. Actualmente, este enorme reptil se encuentra en peligro de extinción, pero aún se le puede ver en esta región del noreste de Durango.
En ocasiones se percibe algún búho en busca de alguna presa.
Como es de esperarse, al igual que la vegetación, los animales se adaptan para vivir en las adversas condiciones de esta árida región.
__⇻LEYENDAS DE LA ZONA DEL SILENCIO__
Desde que un misil de las fuerzas militares de los Estados Unidos cayó en algún lugar del desierto de Durango, la leyenda de la Zona del Silencio ha mutado, cual teléfono descompuesto, hasta alcanzar niveles extravagantes.
Algunos locales alegaron que una fuerza magnética había derribado el misil y, desde entonces, se han propagado las historias de anomalías que interfieren en el funcionamiento de aparatos electrónicos y de telecomunicaciones.
Pero las historias van aún más allá. Algunos han llegado a testificar de la presencia de extraterrestres y hasta mutaciones inexplicables en la flora y fauna de la Zona del Silencio. Ninguna de ellas ha podido ser comprobada y, hasta donde se sabe, esta zona podría ser como cualquier otro desierto. Es decir, salvo por su extraordinaria naturaleza, no hay nada especial acerca de este lugar.
Otras historias hablan de extrañas luces en el cielo, arbustos ardiendo y lluvia de fuego. También ayuda, que esta zona se encuentra en el mismo paralelo que el triángulo de las Bermudas, las pirámides de Giza, o las ciudades sagradas del Tíbet.
___⇻HABITANTES DEL SILENCIO__
Manos recias y piel curtida por el fuerte sol caracterizan a Miguel Garcia, comisariado ejidal de Las Lilas, lejano poblado en el que viven 18 familias.
"No, por aquí no pasa nada", expreso al negar posibles avistamientos de naves o meteoros, señalando que la vida en la desértica zona es tranquila, aunque no facil. Al darle la mano, se percibe la rudeza del trabajo que ejecuta don Miguel y la aridez del clima que le ha agrietado la piel.
En regiones como esta, se establecen fideicomisos de riesgo compartido para estimular la ganadería con capital gubernamental, y hacer posible la economia de la region.
Siguiendo la indicación de don Miguel, fue posible dar con un banco de fosiles, otro elemento de interés que también posee la Zona del Silencio.
Por haber sido en la Era Cenozoica parte del Mar de Thetis, el gran desierto chihuahuense que abarca esta región esta lleno de caracoles y conchas marinas fosilizados, que inesperadamente surgen de las candentes arenas. Un letrero pide a los visitantes que no se lleven los fósiles, pero difícilmente alguien vigila que la orden se cumpla.
Para abandonar la Zona del Silencio, hay que batallar con los peligrosos bancos de arena, en los que los vehículos pueden quedarse varados. El calor es sofocante. Poco a poco se va reduciendo la alta efige del Pastelone al alejarse hacia la carretera, sin perder su aspecto de crater lunar, similar a los que muestra en la lejanía la Sierra del Diablo.
La atmósfera sorprendente de un desierto magnético, que atrae meteoros a la Tierra y donde el silencio reina a lo largo de kilómetros de blancas arenas, quedo atrás, al fin. Regresar de la Zona del Silencio es como volver de otro mundo a la realidad.
Algunas personas no están conformes de la historia contada por los rescatistas estadounidenses y se han hecho varias teorias la mas apoyada y con fundamentos solidos es la siguiente:
CREADOR: Desconocido
"Esta historia fue inventada deliberadamente para generar turismo y fue mostrada al mundo a través de los medios de comunicación. Su desarrollo es una historia digna de una tesis sobre cómo la información, sin importar cuán errónea sea, puede propagarse por todo el mundo y desarrollarse a partir de un hecho ficticio. El hilo de la historia se inicia en Green River, Utah, en 1970. El 2 de julio, desde la base militar de EE.UU. se disparó un misil de prueba Athena hacia el sur, con la intención de que impactase cerca de la base militar de White Sands, en Nuevo México.
Tal vez alguien en la base de Green River cometió un error o tal vez el propio equipo era defectuoso. En cualquier caso, el misil no aterrizó en White Sands. Ni siquiera en algún lugar cerca de la frontera entre México y Estados Unidos. En lugar de eso, siguió 600 kilómetros al sur y cayó del cielo en la esquina sureste del estado de Chihuahua, a pocos kilómetros escasos de donde ahora se encuentra la estación de campo de la reserva ecológica."
POR: GISSELLE STEFANIA GRANADOS MARTINEZ
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